14/6/17

El insano trabajo de Fernando Alonso



El insano trabajo de Fernando Alonso

elmundo.es

En Canadá, Fernando regresó a la rutina. Volvió a cruzar el umbral del 'paddock' de Montreal, sabiendo que las "vacaciones" en Estados Unidos habían terminado. Otra vez volver a enfrentarse al tedioso trabajo de los últimos tiempos. Un trabajo insano para alguien que es ganador, dañino para su sangre competitiva y tedioso, aburrido, desesperante para un profesional brillante para el que luchar por ser undécimo no es precisamente motivador.

La suerte que tiene McLaren es que siempre que Fernando se baja la visera lo da todo. Si el objetivo es terminar 14º se dejará el alma para serlo. Recibirá algunas patadas en el trasero de su moral cuando le doblen los Hamilton, Vettel y Raikkonen de turno porque es precisamente ahí donde le gustaría estar, pero sin una vuelta perdida. Se enfadará cuando le arranque las pegatinas cualquier piloto de medio pelo aprovechándose de que la velocidad de su McLaren es propia de una categoría inferior. Sin embargo, Fernando nunca dejará de luchar.

En Montreal volvió a hacerlo. Rodó con un ritmo aceptable teniendo en cuenta la paupérrima velocidad de su coche y entre abandonos y estrategias llegó a verse en la sexta plaza. Obviamente, una posición irreal que el tiempo puso en su lugar: undécimo. Más tarde, el abandono de Kvyat le regaló una posición, que nos hizo a todos pensar en un punto, el primero. Sí, no sé si han reparado que el patético botín de McLaren, el segundo equipo con más títulos de la historia de la Fórmula 1, es este año de cero puntos después de seis carreras. Así que ese primer punto sabía a gloria bendita.

A falta de dos vueltas para el final, mi hija que no ha visto ni un segundo de la carrera, (como tantos y tantos aficionados que antes vibraban con este deporte) se acerca y me pregunta: "Papá, ¿Va a puntuar Alonso? ¡Menuda noticia!". Y yo, que entiendo su sorna, le digo que sí. ¡Qué ingenuo! A los pocos segundos vuelvo a ver la imagen del McLaren parado y escucho la comunicación de radio de Fernando confirmando lo que todos sabíamos: "Motor roto". Y van ya... No sé, he perdido la cuenta.

Así que la tomadura de pelo continúa, el punto se desvanece o mejor dicho se transforma. Ya no es un punto de campeonato, pero podría ser un punto suspensivo. Quizá un punto seguido. Tal vez un punto y aparte. O ¿quién sabe? En el mejor de los casos podría ser un punto final. Zak Brown ya insinuó que Mclaren tiene un plan B y C para el año que viene. Y aunque la idea es seguir con un motor Honda (no me lo creo) si no cambia algo rápido buscarán otras opciones. La realidad es que después de siete carreras nada ha cambiado y la sensación en el 'paddock' y en el propio McLaren es que nada va a cambiar. Así que si el equipo quiere que Alonso esté con ellos el próximo año no van a tener más remedio que pactar con Honda para que lo dejen. La situación no es buena para nadie. Ni para Honda, cuya imagen se está deteriorando, ni para McLaren, ni para Fernando, ni para el espectáculo. Bueno, miento. Es buena para los que ahora doblan a Alonso sin esforzarse. ¡Qué alivio más grande para ellos verle en está situación!

Por lo demás, Max Verstappen hizo la mejor salida de la temporada, pero su coche se paró; Hamilton ganó la carrera más fácil del año; Vettel logró el cuarto puesto más trabajado de la temporada; Bottas fue segundo y a nadie le conmovió; Ricciardo se llevó un podio inesperado; Raikkonen volvió a quejarse por la radio; los Force India tuvieron una gran carrera y una gran guerra civil; Lance Stroll no rompió el coche e incluso logró puntuar; Carlos Sainz nos dejó huérfanos en la primera vuelta y Alonso se dio un baño de multitudes al meterse en la grada tras abandonar. Lo nunca visto. Quizá con el baño se quitó la mala leche que llevaba en el cuerpo y le sirvió para mostrar a los propietarios de la Fórmula 1 una forma, insólita, original, yo diría que peligrosa, de acercar este deporte a los aficionados.

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