11/12/17

"No vamos a ganar ninguna carrera". Así le salió el tiro por la culata a Honda en 2017


"No vamos a ganar ninguna carrera". Así le salió el tiro por la culata a Honda en 2017
"No vamos a ganar ninguna carrera". Así le salió el tiro por la culata a Honda en 2017

Una vez terminada la temporada, Yusuke Hasegawa explica los problemas principales que hipotecaron a Honda en 2017, y que dejaron su motor casi como a comienzos de año

elconfidencial.com

"Las primeras señales estaban ahí antes de la primera sesión (de pretemporada), ya que la información no era prometedora. El primer día tuvimos varios cambios de motor y nos dimos cuenta de que habría un problema por un error fundamental". Antes siquiera de que el MCL32 pusiera una rueda en la pista, Zak Brown sorprendía al avisar de que McLaren no iba a ganar ninguna carrera en 2017, como recordó de nuevo estos días. Tenía sus fundadas razones procedentes de Honda.

Efectivamente, desde la primera jornada en pista de 2017 Honda confirmó las noticias que circulaban entre los bastidores de la Fórmula 1 sobre los errores fundamentales cometidos por el fabricante nipón ante su tercera temporada con el equipo britáico. Problemas, como luego también se apreció, que necesitaron toda la temporada para su solución, pero a costa de alcanzar los niveles de potencia de sus rivales. Todo empezó a partir de aquel depósito de aceite que dio la alarma el primer día en Montmeló.


Un nuevo concepto de propulsor


Honda había abandonado el compacto concepto inicial de 'zero size' con el que inició su andadura híbrida, en el que la turbina y compresor estaban posicionados dentro de la V del motor. En su segunda temporada fueron separados a la parte exterior del bloque, al estilo de Mercedes. Como anunciaba Yusuke Hasegawa en su día, el nuevo concepto suponía un propulsor más ligero y con un centro de gravedad más bajo. Honda desarrollaba a la vez una nueva cámara de combustión cuya optimización permitiría generar mejor rendimiento para generar más potencia eléctrica. Pero, a la postre, el proceso fue como si el tiro que pretendía acertar en el blanco saliera por la culata.

“En 2015, el nivel de recuperación de energía era muy bajo debido al tamaño del conjunto de la turbina y el compresor”, explica Hasegawa a la publicación británica 'Autosport', donde desgrana los problemas técnicos que hipotecaron la temporada para Honda y determinaron la separación final con McLaren. “En 2016 modificamos la turbina para hacerla más grande, y para ello necesitábamos poner la turbina en una posición más alta. Con ello mejoró el nivel de recuperación de energía, casi al mismo nivel que los mejores equipos”, comenta el japonés. Una afirmación que provoca incredulidad en quienes la escuchaban en su día. “Pero debido a ello, el centro de gravedad se convirtió en uno de los grandes problemas para nosotros, especialmente en Suzuka”. Allí, tanto Fernando Alonso como Jenson Button vivieron la peor carrera de la temporada ante el comportamiento de su monoplaza en determinado tipo de curvas.


El monoplaza en pista delata los problemas


Aunque el problema ya era conocido, en Honda eran conscientes de que debía ser solucionado para la siguiente temporada. El turbo y el compresor debían unirse por un largo eje que debía girar a una elevada velocidad de rotación. “Sin embargo, este no fue el problema, sino que, al separar la turbina, la configuración del tanque de aceite debía ser diferente. Había que diseñar un depósito de aceite que evitara (por su posicionamiento) la turbina”. Y aquí empezaron los problemas para 2017.

Pero no fue en el banco de pruebas donde se detectaron las implicaciones que el nuevo diseño iba a provocar para el bombeo de aceite, sino a bordo del monoplaza en acción durante las primeras pruebas de Montmeló en febrero. “Aunque no era un problema grave, retrasó de forma fatal el programa de pretemporada para McLaren”, resume el ingeniero nipón.


Ni idea de lo que estaba pasando

A partir de este retraso, según Hasegawa, Honda y McLaren ya fueron con el pie cambiado durante toda la temporada. Pero, además, la nueva cámara de combustión se unió a las pesadillas, un problema que llevó meses para solucionarlo. Aunque según Hasegawa las cifras de potencia del nuevo concepto eran equivalentes a las de 2016, el rendimiento del propulsor era muy irregular según la banda de revoluciones en las que giraba, lo que obligaba a principio de temporada tanto a Alonso como a Vandoorne a cambiar de velocidad de manera inusual para evitar las vibraciones, haciendo muy difícil conducir el monoplaza.

Una modificación en el sistema de admisión en el Gran Premio de España ayudó a recuperar la manejabilidad del propulsor. Pero la fiabilidad también era una pesadilla: el MGU-H se rompía una y otra vez. “Teníamos problemas con las vibraciones y también con el cojinete del MGU-H derivados del bombeo de aceite desde el tanque. El cojinete no había sido modificado del año anterior porque no habíamos tenido problemas con el flujo de aceite a pesar de que el esquema de turbo y compresor fuera diferente”, explica Hasegawa. "Tuvimos muchos problemas derivados de esa modificación”. Lo descubrieron ya empezada la temporada.

El ingeniero japonés recuerda el fin de semana de Baréin, carrera en la que no pudo participar Vandoorne porque una y otra vez se rompía la MGU-H. Sus ingenieros llegaron a montar “cuatro o cinco unidades, que se rompían una tras otra sin que entendiéramos que estaba pasando”, dice Hasegawa. A Alonso le tocó no salir en Rusia. Cuando se comprendió el problema, se modificó de nuevo el depósito de aceite y el cojinete del MGU-H. Honda ya había perdido la temporada.

La fiabilidad mejoró, pero con las cifras de potencia similares a las de finales de 2016, como Fernando Alonso volvía a recordar una y otra vez por la radio en las últimas carreras de 2017. Ahora será Toro Rosso quien pueda beneficiarse de semejantes experiencias. Y Red Bull espera en el horizonte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario